lunes, 16 de noviembre de 2009

La deriva de los continentes

A comienzos del siglo XX, el científico alemán Alfred Wegener presentó la teoría de la deriva continental, en la que afirmaba que los continentes actuales estuvieron unidos hace unos 200 millones de años y constituían un supercontinente, Pangea.

La teoría que cambió la ciencia de la geología

Alfred Wegener presentó en su libro El origen de los continentes y los océanos las bases de una teoría revolucionaria: afirmó que los continentes descansan sobre una capa plástica de la Tierra y se mueven cruzando la corteza oceánica a la "deriva", alejándose o acercándose unos respectos de los otros. A este fenómeno lo llamó deriva continental.
La mayoría de los geólogos de su época rechazaron esta idea. Tuvieron que transcurrir al menos 50 años para que sus ideas fueran tomadas en consideración como base para teoría más modernas.
Wegener, sin embargo, no pudo explicar el mecanismo responsable del movimiento de los continentes. Propuso que las fuerzas del campo gravitatorio que ejerce la Luna sobre la Tierra y origina las mareas es la misma fuerza que causa la deriva continental. Tampoco acertó al considerar que los continentes "surcaban" la corteza. Hoy sabemos que muchos argumentos de Wegener eran erróneos, pero sentó las bases para la revolucionaria teoría de la tectónica de placas, que permite explicar el dinamismo terrestre a escala global.


¿Cómo se formaron los continentes?

Wegener tenía datos de que Groenlandia se estaba alejando lentamente del continente europeo. Basándose en mapas del siglo XIX, observó que, desde entonces hasta comienzos del siglo XX, Groenlandia y Europa se habían separado más de un kilómetro y medio. También observó que París y Washington se estaban alejando y, en cambio, San Diego y Shanghai se estaban acercando.
Observó, además, que la costa este de América del Sur y la costa oeste de África encajan exactamente, como un rompecabezas. Y pudo comprobar que en Brasil y en el oeste de África había unas rocas idénticas y de la misma edad. Estos y otros hechos dieron a Wegener la pista definitiva para pensar que los continentes no estaban fijos, sino que se movían, y que en el pasado habían estado unidos.



Pruebas de la deriva continental

Muchos hechos observables en la naturaleza dan idea de que los continentes no estaban en el pasado en el mismo lugar q ahora. Wegener analizó muchas de estas pruebas para formular su teoría.

Pruebas paleontológicas

Entre las pruebas más importantes están las paleontológicas, es decir, las refernetes a los fósiles.
Existen varios ejemplos de fósiles de organismos idénticos que se han encontrado en lugares que hoy distan miles de kilómetros, como en Sudamérica, África, India y Australia. Los estudios paleontológicos indican que estos organismos prehistóricos hubieran sido incapaces de recorrer y cruzar los océanos que hoy separan esos continentes. Esta prueba indica que los continentes estuvieron reunidos en alguna época pasada.



Pruebas geográficas

Wegener sospechó que los continentes podrían haber estado unidos en épocas pasadas al observar una gran coincidencia entre Sudamérica y África. Si, en e l pasado, estos continentes hubieran estado unidos formando uno solo, es lógico que los fragmentos coincidan en forma. La coincidencia es aún mayor si se tienen en cuenta no las costas actuales, sino los límites de las plataformas continentales.





Pruebas geológicas y tectónicas

Si se unen los continentes en unos solo, se puede observar que los tipos de rocas, su cronología y las cadenas montañosas principales tendrían continuidad física. Por tanto, se puede deducir que muchas formaciones geológicas y cordilleras se originaron cuando todos los continentes estaban reunidos y que después se separaron.



Pruebas paleoclimáticas

Wegener descubrió que existían zonas en la Tierra cuyos climas actuales no coincidían con los que tuvieron en el pasado. Existen lugares hoy que tienen un clima tropical o subtropical, pero que estaban cubiertas de hielo hace 300 millones de años. También hay regiones donde reinaban condiciones climáticas semejantes a las que se dan en las actuales zonas tropicales, que favorecieron la fromación de grandes yacimientos de carbón; hoy día, estos lugares se encuentran, sin embargo, en climas muy fríos. Estas pruebas hacen suponer que los continentes se localizaban en una latitud más al sur de la que ocupan actualmente.